Aparatos de cocina: Consulta pública sobre requisitos de ecodiseño y etiquetado energético
La Comisión Europea ha lanzado hoy una consulta pública de 12 semanas de duración sobre los requisitos de diseño ecológico y etiquetado energético de los aparatos de cocina. Esto sigue a una convocatoria de pruebas que se realizó del 2 al 30 de mayo. Las aportaciones de ambas encuestas se incorporarán a las revisiones de la Comisión de la legislación vigente en la materia, cuya publicación está prevista para el cuarto trimestre de 2024. Sin embargo, las nuevas normas (1 acto delegado y 1 acto de ejecución) no entrarán en vigor hasta tras un período de escrutinio por parte del Parlamento Europeo y el Consejo, con un posible período de transición antes de que los nuevos requisitos se apliquen realmente, para dar tiempo a los fabricantes para responder.
En 2013, la UE adoptó normas introducidas que establecen requisitos mínimos de eficiencia energética para hornos, placas de cocción y campanas extractoras (Reglamento 65/2014), y estableció normas de etiquetado energético para hornos y campanas extractoras (Reglamento 66/2014). Estas medidas han contribuido a la disponibilidad de aparatos de cocina más eficientes en el mercado de la UE, lo que ha supuesto un ahorro de energía para los consumidores.
A la luz del progreso tecnológico desde 2013, esta nueva iniciativa
La consulta está dirigida a personas y organizaciones interesadas en estas normas. Se alienta especialmente la retroalimentación del público en general, las autoridades públicas, las empresas y las organizaciones no gubernamentales. De acuerdo con los principios de mejora de la legislación de la UE, la consulta durará 12 semanas hasta el 31 de agosto de 2023. La consulta está disponible en los 24 idiomas de la UE.
Los requisitos de diseño ecológico de la UE tienen como objetivo hacer que los electrodomésticos sean más eficientes energéticamente y así ayudar a la UE a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (y reducir la dependencia de las importaciones). También ayudan a los consumidores a reducir sus facturas de energía, reflejando el lema "la fuente de energía más barata es la que no consumimos". La etiqueta energética es ampliamente reconocida por los consumidores de la UE y se ha demostrado que anima a las personas a comprar productos más eficientes desde el punto de vista energético, además de incentivar a los fabricantes a innovar para ser clasificados en una categoría de mayor eficiencia energética.